Lillian Moller Gilbreth (1878 California-1972 Arizona) fue una de las primeras mujeres ingenieras que se doctoró y se especializó en psicología organizacional e industrial fue también máster en Literatura y doctora en Psicología y profesora universitaria de esta materia; por si fuera poco asesoró a varios presidentes y desarrolló programas, como el llamado "Compartir el trabajo", para luchar contra el desempleo en la Gran Depresión.
Contrariamente a lo que se podría pensar no renunció a ser madre, tuvo 12 hijos y buscó la manera de que las mujeres pudieran realizar el trabajo doméstico de manera más eficaz y simple para poder buscar trabajos fuera de casa, y para ello analizó la configuración de las cocinas de entonces y las renovó con la intención de optimizar el tiempo que se empleaba en ellas. Entre otras cosas inventó el cubo de basura con pedal y las baldas en la puerta del frigorífico para aprovechar ese espacio y tener más accesibles ciertos productos; detalles en los que hoy en día ni nos fijamos y que ahorran tiempo con la de veces que se llegan a utilizar.
En 1926 y por encargo de Johnson & Johnson lanzó productos de higiene basados en la celulosa de uso común actualmente y para IBM diseñó un escritorio ergonómico.
Con su marido Frank filmaban todas las actividades que realizaban sus hijos y ellos en casa para analizarlas, desde afeitarse hasta coger una sartén. Así lanzaban sus ideas para gestionar mejor el factor humano en las empresas aunque se encontraban con la oposición de los sindicatos y de los funcionarios; es decir, que lo que aprendían en su hogar les sirvió para llegar a desarrollar métodos de gestión que actualmente se siguen enseñando en las escuelas de negocios.
Publicaron varios libros, uno de ellos fue "Cheaper by the Dozen" donde contaban cómo gestionaban su familia tan numerosa y este libro inspiró algunas películas y obras de teatro, como "Doce en casa " de Steve Martin.
La Smithsonian Institution (centro de educación e investigación) tiene dedicada una sala al matrimonio Gilbreth en su museo de Washington D.C. ya que les consideran una de las obras fundamentales del capitalismo moderno.
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