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Esta semana en el salón de actos del colegio los padres de Primaria hemos podido escuchar una ponencia sobre el papel de las familias en la educación de nuestros hijos en la que mencionaban un artículo muy interesante publicado en La Vanguardia sobre la falta de comprensión lectora entre nuestros hijos, originado sobre todo por la lectura en diagonal propiciada por los dispositivos digitales. Os dejamos el link del artículo para que lo podáis leer tranquilamente.
Pues me parece muy bien que la lectura de los jóvenes sea más emocional que racional, estamos faltos de emociones y sobrados de racionalismos, afortunadamente los nuevos tiempos van en otra dirección aunque despacio. La época de la Ilustración ya quedó atrás. Y desde luego que con artículos pretenciosos y casposos como los de este hombre no creo que se haga más atractiva la lectura, todo lo contrario. Dejemos ya el "cualquier tiempo pasado fue mejor" y aceptemos que los tiempos cambian, que las cases magistrales y el memorizar datos como papagayos ya no tienen sentido. Que el profesor tiene que ser un dinamizador del aprendizaje y un buen motivador. Siempre se busca culpables fuera, ahora resulta que la falta de comprensión lectora se debe a los dispositivos digitales, antes era la televisión o la falta de disciplina, o los comics... ¿Cuándo asumiremos que el error no está en los niños sino en un sistema educativo carente de motivación? Queremos jóvenes creativos, cooperativos, innovadores, con iniciativas, compasivos... Pero les obligamos a memorizar datos sin cuestionar, demonizamos las nuevas tecnologías, fomentamos la competitividad en lugar de la cooperación a través de un sistema de calificaciones obsoleto, no atendemos la diversidad ni los diferentes dones, dejamos sin cabida otras disciplinas como artes escénicas, la educación física se limita a dos horas por semana en la ESO, aburrimos a los niños de infantil con fichas y horas y horas clavados a un pupitre, no se hacen prácticas en los laboratorios... Cuando algo no va bien, lo maduro es empezar por uno mismo: ¿qué puedo hacer yo para mejorar esto? en lugar de proyectar fuera culpando sin asumir responsabilidad.
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