En algunas zonas de España y de Latinoamérica, se celebra el "Entierro de la Sardina" el miércoles de ceniza. Simula una procesión funeraria de una sardina que desfila por las calles en un ataúd real o de cartón. Todos los que la acompañan van vestidos de luto.
La sardina es el símbolo de Carnaval (período de libertinaje) y su entierro representa el final del Carnaval y el comienzo del período de ayuno religioso. La gente llora por el final de la temporada festiva y el comienzo de la observancia religiosa.
"El entierro de la sardina" Francisco de Goya |
En Madrid, el que encabeza la procesión tiene la misión de despejar las calles para permitir el paso de la carroza de carnaval. Lo siguen personas vestidas de sacerdote, un monaguillo y las que mueven el carro fúnebre. Detrás del carro las viudas confesando sus pecados y lamentando la muerte de la sardina y alguien disfrazado de diablo intentando impedir el paso de la sardina para intentar llevársela. Un grupo de policías asusta al demonio y mantiene el orden y cuando se llega al destino, el carruaje se quema y la multitud lo celebra.
Una teoría del comienzo de esta tradición se remonta al s. XVII, cuando Carlos III quiso celebrar el final del carnaval con el pueblo. Ordenó que se sirvieran sardinas en una fiesta campestre. Ese día el clima era cálido y las sardinas empezaron a oler mal por ese calor y para eliminar el olor decidieron enterrarlas. Una vez hecho ésto la gente se echó a llorar por tener que comenzar el período de abstinencia previo a la Pascua.
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