Nace en el barrio madrileño de Maravillas el 12 de febrero de 1888, en una familia humilde. Su madre era modista y su padre contable de un periódico. Cuando su padre muere interrumpe sus estudios y empieza a trabajar en el cuerpo de Correos y Telégrafos en 1909.
En 1914 se convierte
en profesora de adultas en el Ministerio de Instrucción Pública, pero sigue estudiando porque solo puede impartir clases de taquigrafía y
mecanografía por no tener el bachiller.
En 1924, con treinta y seis años se licencia en Derecho y defiende dos
casos de divorcio muy célebres en aquella época, el de la escritora Concha
Espina, de su marido Ramón de la Serna y Cueto, y el de Josefina Blanco, de
Valle-Inclán.
Fue la primera mujer que intervino ante el Tribunal Supremo y que
desarrolló trabajos de jurisprudencia sobre cuestiones relativas a los derechos
de la situación jurídica de las mujeres en nuestro país. Además fue delegada de España en la Sociedad de Naciones.
En los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera, colabora en el diario
“La Libertad” donde en una sección propia titulada “Mujeres de hoy” presenta y
analiza la vida de mujeres.
Tras la dictadura, entra a formar parte del Partido Radical y se presenta a las
elecciones de 1931 para las Cortes Constituyentes de la Segunda República,
obteniendo un escaño como diputada por Madrid.
En septiembre de 1931 participa en la comisión encargada de redactar la Carta Magna republicana,
siendo la primera mujer que habla en las
Cortes Españolas.
Desde su tribuna ejercerá una enadercida defensa
del sufragio femenino en España, con la oposición de sus propios compañeros
de partido y de otra diputada socialista, Victoria Kent, convertida en la
portavoz del “no”.
Finalmente, el sufragio femenino salió adelante con 161 votos a favor y 121 en contra y Clara pasó a la historia como una de las diputadas más sobresalientes que dio la Segunda República Española y la principal artífice de la inclusión del voto femenino en España, recogido en la Constitución de 1931, que en su artículo 36 dice que: "Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes".
Cuando comenzó la lucha por los derechos políticos había únicamente había tres mujeres en la cámara: Margarita Nelken (socialista), Victoria Kent y ella. La posición de las otras dos era contraria a que las mujeres votasen. Mientras que en Finlandia (1906), Dinamarca (1915) o Estados Unidos (1920), las mujeres ya ejercían este derecho, las españolas no podían. Al lograrlo igualaban sus derechos políticos a los de los hombres y se situaban a la vanguardia frente a países como Francia que no lo aprobó hasta 1944.
En 1933 tiene lugar la rebelión de Asturias y Clara marcha a
Oviedo con el fin de socorrer a los hijos de los mineros muertos o encarcelados.
En
1936, tras el golpe militar del general Franco contra la República Española se exilia a Francia, Argentina y a Laussanne donde fallece en
1972 sin poder regresar a España debido a las condiciones impuestas por el gobierno franquista.
Me parece buena iniciativa el dedicar unas líneas a personajes importantes en la vida. Pero ya sean hombres o mujeres. La próxima me gustaría que fuera la Madre Teresa de Calcuta.
ResponderEliminarMe parece una muy buena idea hacer visibles a mujeres relevantes. Muchas pasan desapercibidas y es una pena que no siempre tengan un lugar en la historia a la altura de sus hechos.
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