11 febrero, 2016

MANTENIMIENTO DEL COCHE EN INVIERNO I

Dice el refrán que “uno se acuerda de Santa Bárbara cuando truena”. Para que  no te pase, 
AUTOESCUELA COLONIA JARDÍN ha elaborado una sencilla lista de puntos que debes controlar en tu coche durante el invierno.

Puede parecer básico, pero si tienes garaje o puedes aparcarlo bajo techo, no lo dudes. El coche "sufre" mucho más las inclemencias de las bajas temperaturas en las noches invernales que en cualquier otra estación, especialmente la batería, pero también la carrocería y la pintura, a la que las heladas no les sienta nada bien.

Más que de cara al mantenimiento, pensando en el confort y la comodidad –y también en el ahorro–, si al final tienes que dejar el coche en la calle y por la mañana te sorprende el hielo en el parabrisas, procura utilizar rascadores especiales que no arañen el cristal, pero lo mejor es cubrir por la noche el parabrisas con un cartón o un parasol de esos que se usan en verano. 

Nunca intentes acelerar el proceso de eliminar el hielo utilizando agua caliente sobre el parabrisas, y tampoco hagas como muchos conductores, que activan el limpiaparabrisas hasta que eliminan el hielo, pues reduces la vida útil de las escobillas. Un par de consejos sobre el líquido del lavaparabrisas y las escobillas

Líquido lavaparabrisas: algunos coches llevan un sistema que caldea el agua del limpiapabrisas para que limpie mejor la grasa, pero también para evitar que se congele con las bajas temperaturas. Si tu vehículo no cuenta con este sistema, debes saber que hay jabones especiales que reducen el punto de congelación del agua limpiaparabrisas. Además de garantizar que siempre saldrá líquido cuando lo necesites, te ayudará a descongelar el parabrisas por las mañanas y evitarás roturas de los manguitos, bomba y recipiente del líquido.

Escobillas limpiaparabrisas: no hay nada más incómodo que conducir un día de lluvia con una escobilla en mal estado que deja un halo borroso sobre el parabrisas. Asegúrate de que están bien limpias y desengrasadas. Tira las que tengan el filo de goma roto o desprendido: es mucho más caro rayar el parabrisas con ellas que cambiarlas. A veces, aunque visualmente presenten buen aspecto, pueden tener la goma reseca después del calor del verano. Echa agua en el parabrisas y comprueba que barren bien; de lo contrario, cámbialas. Si no las has cambiado antes de llegar el invierno toca hacerlo, pero si son nuevas y no limpian bien, pasa un trapo humedecido en alcohol por la goma.
Revisa periódicamente los niveles del motor, y si tienes que reponer líquido refrigerante, asegúrate de utilizar la proporción de anticongelante correcta, no lo hagas sólo con agua. Al primer síntoma de fatiga al arrancar por las mañanas, comprueba el estado de la batería para no llevarte una sorpresa justo ese día que tienes más prisa.
Y en cuanto a los neumáticos, reajusta las presiones. Con bajas temperaturas la presión de las ruedas disminuye y para compensar ese efecto lo normal es que tengas que añadir hasta 0,2 bares de presión respecto a las que llevabas con tiempo más cálido.
 

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