En 1923 el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona la idea de celebrar el Día del Libro. La Cámara dio el visto bueno y se llevó a consulta del rey Alfonso XIII y del presidente Miguel Primo de Rivera, ambos dieron su conformidad y el 7 de octubre de 1926 se celebró por primera vez este día y en 1930 se instauró como fijo el 23 de abril para esta celebración.
Se escogió el 23 de abril porque durante la primavera las temperaturas son mejores que en otoño y porque ese día de 1616 fallecían Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega; aunque el primero lo hizo conforme al calendario Gregoriano y el segundo al calendario Juliano, por lo que Shakespeare murió 11 días después.
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