El síndrome de Burnout, Burn Out, o síndrome del quemado, es una patología relacionada con el estilo de vida actual.
Es un trastorno emocional que puede conllevar graves consecuencias físicas y psicológicas cuando el fenómeno se somatiza. Habitualmente lo escuchamos más relacionándolo con el trabajo pero también puede aparecer en las madres ya que ser madre es un trabajo en el que no se descansa nunca y la dedicación es completa.
Además hay que añadir que muchas mujeres trabajan fuera de casa y son las que llevan la mayor parte del peso de las tareas domésticas.
Y muchas veces cuando acaban de ordenar y limpiar se vuelven a encontrar todo desordenado y sucio lo que produce frustración e impotencia.
Este síndrome genera unos síntomas similares a los de otras enfermedades: dolor de cabeza, insomnio, fatiga dificultades gastrointestinales, ansiedad, depresión, distanciamiento afectivo, irritabilidad,...
Os dejamos unas ideas para intentar evitar este problema:
- Reserva un ratito para ti cada día.
- Recupera alguna afición que tuvieras antes de ser madre o busca una nueva actividad que te guste (aunque sea cada quince días o una vez al mes).
- Buen descanso y buena alimentación para cuidarte y no caer enferma y tener la energía suficiente para afrontar todas las tareas diarias.
- Prioriza las tareas diarias y aunque al final del día no hayas conseguido realizar todo lo que te habías propuesto no te agobies.
- No hay que sentirse culpable, ya que este sentimiento no hace ningún bien.
- Si puedes pide ayuda. Si repartes alguna tarea estarás más relajada y contenta y se notará en el ambiente familiar.
- Queda o por lo menos habla con seres queridos y ríete un rato; liberarás endorfinas que son muy saludables.
- Si tienes pareja no te olvides de ella. Busca momentos para conversar, pasear, salir juntos,...
- Marca tú las rutinas y horarios; que tus hijos no manejen el tiempo. Las rutinas sirven para que los niños anticipen su día y así poder anticipar nuestro día y también nos sirven para poder poner el piloto automático cuando tenemos poca energía.
- Pero a veces también hay que ser flexible. Si por ejemplo hay que comer pero están en un momento divertido y no pueden parar no te enfades, deja que continúen un rato y no rompas ese momento agradable con un enfado.
- Disfruta, la infancia solo ocurre una vez y el tiempo se pasa rápido. Juega, ríe con ellos, aprovecha el tiempo tan precioso y valioso que podemos estar con ellos. Si notas que no disfrutas seguramente tienes que modificar alguna cosa.
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